¿Es suficiente una zona de conservación histórica para la
preservación de los atributos patrimoniales tangibles e intangibles de un
barrio? La respuesta es No, y obedece a los siguientes motivos.
Las Zonas de Conservación Histórica (ZCH) son parte integrante
de los Planes Reguladores Comunales, los cuales junto con El Presupuesto
Municipal Anual y el Plan de Desarrollo Comunal son uno de los tres
instrumentos de gestión establecidos por la Ley Orgánica Constitucional de
Municipios. Las ZCH de un Plan Regulador
definen un área urbana de la comuna que merece un tratamiento especial desde el
punto de vista urbanístico. Sin embargo, debemos tener en cuenta una serie de
falencias de este instrumento.
Los Planes Reguladores poseen una participación pobre, la cual
ha sido puesta en evidencia por variados investigadores (ver Mlynarz, 2007), lo que significa que su validez o
representatividad como inclusivos
de las demandas ciudadanas se encuentra en discusión (en el caso de las ZCH no
motivan a las comunidades residentes a asumir una postura de promoción y
defensa de su patrimonio). Por otro lado, los mismos Planes
Reguladores son instrumentos que cambian constantemente y para finalizar,
tienen la cualidad de que los inmuebles definidos o protegidos como
“patrimoniales” por esta norma local, pueden ser desafectados (pierden la
condición de patrimonial) mediante la emisión de informes elaborados por profesionales
competentes al ámbito de la arquitectura y la construcción.
Existe con fuerza la visión de que una declaratoria de Zona
Típica (ZT) por el Consejo de Monumentos representa un estancamiento para los
barrios, impidiendo que los propietarios de las construcciones realicen
mejoras, alteraciones en fachadas e incluso, el pintado de estas bajo libertad
de colores. La Ley de Monumentos
especifica que la misión de las Zonas Típicas es poder hacer perdurar y cuidar las
características arquitectónicas de determinados conjuntos urbanos, esto no quiere decir “que no pueda retirarse una ventana vieja
de madera para poner una de acero o aluminio” en un inmueble inscrito dentro de
una zona típica, de hecho, el criterio utilizado actualmente es que el patrimonio
se intervenga y se renueve en base a materiales contemporáneos. Además, el
que una manzana sea pintada con colores más propios del estilo de arquitectura
de sus fachadas hace en definitiva mejorar la imagen de ese grupo de viviendas
“subiéndole el pelo” aumentando el
valor de cada una de sus viviendas.
A diferencia de las ZCH, las Zonas Típicas promueven el
turismo ya que en la práctica son una verdadera declaratoria patrimonial a
nivel nacional. Buenos ejemplos de Zonas
Típicas bien gestionadas por sus habitantes en la comuna de Santiago son el barrio
Boucheff, el barrio Lastarria (www.barriolastarria.com) y el barrio Viel (www.barrioviel.cl) donde sus propios habitantes definieron los colores con los que
pintarían sus casas de manera armónica. Sin embargo, debemos reconocer que
la Ley de Monumentos es antigua y debe modificarse principalmente en el ámbito
de otorgar mayores beneficios tributarios a los propietarios de viviendas
ubicadas dentro de una ZT.
Una de las mayores cualidades de las Zonas Típicas es que el
control de las intervenciones relevantes de parte del Consejo de Monumentos se
define “a criterio”, contrario al caso de las Zonas de Conservación Histórica
donde todo el control se hace de manera ciega en base a la propia norma por
parte de la SEREMI (MINVU). En el contexto de los barrios patrimoniales de la
comuna de Santiago el actuar del CDMN es de gran certeza dado a la diversidad
de barrios y la diversa realidad social de sus habitantes.
Debe apuntarse también que una Zona de Conservación Histórica
es solo una calificación local lo que la distingue de una Zona Típica y Pintoresca, la cual declara como monumento nacional a
un área urbana de la ciudad, abriendo camino a una variada gama de beneficios
tales como el reconocimiento nacional de
la importancia histórica de ese sector, el acceso a la postulación a ciertos
beneficios (FONDART y otros) o sencillamente el aumento del valor de suelo. Este
aumento de valor de suelo, se basa en la situación de que existe gente
interesada en vivir en barrios patrimoniales y en ambientes que aseguren la
preservación de sus atributos.
Los mayores defensores de las ZCH son los municipios ya que
son parte de su competencia, y de las ZT, los vecinos ansiosos por una
regulación patrimonial paralela a la municipal. Sin embargo, Zona de conservación histórica y Zona
Típica deben trabajar juntas, sin miedo a la supuesta burocracia del Consejo de
Monumentos (la cual mediante acuerdos y gestión puede significar meros “avisos”
por escrito), institución conformada por profesionales competentes y ante todo
altamente criteriosos de la realidad propia de cada área patrimonial de nuestra
ciudad.
Para terminar es importante decir que el patrimonio cultural
de los barrios de Santiago como recurso no renovable, es un componente latente
de desarrollo social y humano, el cual debe ser preservado, ojalá bajo la
acción tanto de la Ley de monumentos como de los Planos reguladores.
Referencias:
Mlynarz, 2007: http://www.flacsoandes.org/dspace/handle/10469/1081?locale=es
Columna de Patricio Herman: http://blogs.cooperativa.cl/opinion/politica/20120121070035/menosprecio-por-las-zonas-de-conservacion-historica/
Mlynarz, 2007: http://www.flacsoandes.org/dspace/handle/10469/1081?locale=es
COLECTIVO RESCATA.
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